Evita que tus hijos sufran abuso sexual

Abuso infantil
Abuso infantil
Recibe lo mejor de nuestro contenido en tu correo SUSCRÍBETE

Al hacer click en Suscribirme quedarás registrad@ a nuestro boletín el cual podrás cancelar en cualquier momento.

“Cuando tenía 10 años, mi madre volvió a casarse y nos mudamos a la casa de mi padrastro. Al cumplir 11 años él empezó a subir para decirme buenas noche. El contacto físico comenzó poco después y duró años. Yo permanecía inmóvil y rezaba porque se fuera, pero nunca lo hacía.

 

Durante mucho tiempo creí que era culpa mía. De adulta me costaba mucho tener una relación sexual, porque me sentía culpable o sucia. Pensaba que si yo no existiera, eso nunca habría sucedido. Tal vez mi madre estaba enterada, pero nunca hizo nada al respecto. No quería causar problemas porque temía quedarse sola de nuevo”.

 

Los expertos de la salud mental estiman que 1 de cada 4 niñas y 1 de cada 6 niños puede convertirse en víctima de abuso sexual antes de los 18 años.


El abuso sexual infantil se define cuando un adulto tiene un acto sexual de cualquier tipo con un niño (caricias inapropiadas, estimulación oro-genital y coito). Aun cuando no se dé violencia manifiesta ni amenazas. También se considera cualquier acción que incite al menor a escuchar o presenciar contenido sexual impropio (observar al adulto desnudo o mientras mantiene relaciones sexuales con otras personas, ver material pornográfico o asistir a conversaciones de contenido sexual).


El agresor se aprovecha de la ingenuidad e inocencia de sus víctimas. El mayor riesgo para los niños no proviene de personas desconocidas, sino de sus propios familiares y amigos. Algunos datos de la Universidad de Toronto demuestran que 1 de cada 3 niños son abusados por miembros de su familia.


Se considera abuso sexual cuando interviene una persona de más edad y más fuerza (padre o madre, hermanos mayores, tíos, abuelos o padrastros) que imponen un contacto sexual a niños y adolescentes. A veces la criatura se ve físicamente obligada al coito, pero muchas veces coopera, pues se siente indefensa ante esta situación, o es demasiado pequeña para tomar una decisión.


Los niños callan porque se sienten culpables, se sienten solos, sucios, están siendo amenazados, tienen miedo a perder el amor de su familia, o hacer sufrir a los padres.

 

Como adultos tenemos una gran responsabilidad y obligación para prevenir el abuso sexual infantil. Ante esta situación física, emocional y psicológicamente difícil las lectoras de ActitudFEM nos pidieron tips prácticos para mantener alejados a los niños del peligro:

 

Respeto al cuerpo


Tú como padre debes enseñar a una temprana edad que NADIE puede tocar su cuerpo. Es importante que le explique la importancia de cuidarlo y respetarlo.


Autoestima positiva

 

Fomenta y trabaja su autoestima a través de halagos y reconocimientos, ayúdales a sentirse bien con ellos mismos, aceptar sus debilidades y utilizar sus fortalezas. Recuerda que un niño con alta autoestima difícilmente va a ser agredido ya que sabrá que él es valioso. ¡Sabrá que él o ella son un gran tesoro!

 

Identifica tus emociones

 

Ayudar al niño a identificar lo que sienten y quieren; saber en qué momento y por qué se enojan, cuándo están contentos, qué les hace sentir tristes. ¡Tú como padre enseñas a que identifiquen lo que sienten! Lo importante es saber que reconozcan sus emociones para que las expresen y no las guarden. Todo lo que no se expresa puede manifestarse en alguna forma que hagan daño.

Actitud emotiva de los padres

 

Una postura de comprensión, empatía, aceptación incondicional  y afecto ayudará que los hijos vean a los padres como personas confiables. Invitará a que te digan lo que sienten, lo que les pasa y expresen sus miedos y dudas. ¡Se tú una figura de amor, apoyo y protección!  


Decir ¡No!

 

Tu hijo debe aprender a marcar sus propios límites. ¡Enséñale a defenderse diciendo ¡NO!, a las cosas que no le agradan, situaciones incómodas o confusas. Todo niño tiene derecho y debe expresar lo que no quiere y lo hace sentir incómodo. Aprender a cuidar sus límites corporales y emocionales. Ceder por sentirse obligado no es una buena opción.


Habla con la verdad

 

Infórmalo sobre los peligros y riesgos reales que existen en cuanto al tema de abuso sexual infantil. No tengas miedo de darle de más información. ¡Debe estar consciente sobre esta realidad¡ Tú eres quien está encargado de proporcionarle herramientas para que se cuide, se proteja y prevenga un daño emocionalmente irreparable.

 

¡Cree en tu hijo!

 

Un niño debe siempre estar respaldado por su padre. ¡Cree en la inocencia y su palabra! Escúchalo, conéctate con sus emociones, malestar o sufrimiento. Tu hijo tiene que saber que siempre los apoyarás. Esto evitará a que se quede CALLADO si sufre un abuso sexual.

 

Nadie puede amenazarte

 

Es muy común que las víctimas de abuso sexual sean manipuladas o amenazadas por un pariente. Generalmente se les dice: "si tus padres se enteran de nuestro secreto, ya no te querrán por sucio. No te van a creer y les vas a ocasionar un gran dolor". Explícales que tipo de argumentos, frases utilizan los agresores para envolver y culpar a los niños. ¡Tienes mucha responsabilidad!


Ir al baño acompañado

 

¡Clave! Todo niño debe cuidarse, una forma es pedir a alguien de confianza, familiar, un amigo/a que les acompañe al baño. Nunca dejar sólo a los niños en lugares y situaciones vulnerables.


Evita situaciones que le incomoden

 

Nunca obligar a tu hijo a estar a solas con personas con quien llegue a sentirse incómodo, con desconfianza, temor, desagrado. Esto lo va a poder expresar siempre y cuando lo escuches y tengas buena comunicación.


Dale información que comprenda

 

Comienza hablarle de sexualidad. ¡No tengas miedo, no te escandalices! Dale información clara correspondiente a su edad. Aprende a llamarle con su respectivo nombre a las partes íntimas del cuerpo. Utiliza un lenguaje respetuoso que promueva la salud y auto cuidado de su cuerpo.


Pon atención a signos y cambios

 

Tú como padre debes conocer perfecto a tu hijo. Observa si no existen cambios físicos, emocionales y conductuales repentinos que pudieran manifestar algo: Irritabilidad con padres, enuresis nocturna, pesadillas, crisis de pánico, desconfianza,  no querer ir al colegio, cambios en el apetito, infecciones genitales, sangrado.


¡Estás a tiempo! Infórmate ante algo que puedes prevenir.

 

86524740.jpg

 

Si quieres ahondar más en este tema, la Psicóloga Helena Lebrija, especialista en terapia emocional y orientación psicológica, da consultas en:


Londres 75- 401 d
Col. Juárez c.p. 06600, Mex. DF
Tel. 55142689
Mail: helenalebrija@hotmail.com
Twitter:   @helenlebrija

Compartir en Facebook compartir en twitter, se abrirá en otra ventana Compartir en Pinterest Agregar a favoritos Enviar por correo electrónico